Rota.

Tan rota, que corta, tan dolida, que duele mirarla.
Ya no me salen las palabras, solo lagrimas por dentro, me siento tan vacía, tan dolida, tan fallada, que...no se explicarlo.
Hay que estar en la piel de alguien para sentir lo que realmente sus ojos no enseñan realmente como esta, ese miedo intenso a estar sola, a perder a quien no quieres, no se, es un miedo y un dolor tan fuerte en la garganta que sientes que te estas ahogando continuamente.
Solo tenía una persona para aflojar ese nudo y, pf, ¿para que hablar no? las cosas siempre son así, viene algo bueno, y de repente, boh, desaparece todo de la nada y todo aún duele mas que si no hubiera pasado nada.
Te acostumbras a algo, a alguien, y cuando se va ya no sabes que hacer sin el. Acostumbrarte a su forma de alegrarte los días, de llamarte, de hablar, de apoyarte, de hacerte ver que no estas sola, de sentirte no se... especial, si, esa es la palabra, sentirte especial, que valías algo, que te quería alguien de verdad, y ahora cuando se va te quedas así, rota sin cariño ni nada, y en el fondo sigues queriendo que vuelva o esperas al menos que lo haga, aunque sepas realmente que no va a volver y que vas a tener que seguir sola, y eso es lo peor de todo.